Utilizando las miles de semillas que los olmos de la Casa de Campo nos regalan en estos tiempos preprimaverales, hemos llenado de luz un tronco para dibujar un sol naciente. A los rayos les hemos unido con palos hilo verde y en el centro del sol, rodeado de piedras, hemos colocado verdes hojitas para contrastar.
Aprovechando otro de los troncos de árbol viejo y con ayuda de palos cavados en vertical hemos ido dándole forma a un volcán muy colorido. Nos ha costado un poco unir todos los troncos, pero al final lo hemos conseguido. Todavía oimos los rugidos de la lava imaginaria...
Y como lo nuestro es explorar el paisaje y los materiales de la Casa de Campo, al encontrar un trozo grande de madera y empezar a añadirle otros elementos como plumas y palos,hemos acabado creando un poblado muy artístico, circunvalado por palos y hojas secas.
A esta obra la hemos titulado el Leñador y el árbol, unos motivos muy integrados en el paisaje y con ese toque de color azul de la lana que a su vez nos ha servido para unir palos y fabricar un hacha o un bonito sombrero para nuestro leñador.
A veces nos convertimos también en grandes ingenieros del arte, como en este caso, en el que aprovechando una larga rama caida de algún árbol, hemos ingeniado una bonita catapulta con todo tipo de colgantes y motivos decorativos.
Las espigas, que también nos dan mucho juego y color, nos han servido para darle forma y relleno a este árbol en perspectiva, al que hemos añadido un bonito camino verde y una casita. Todo muy verdoso, como la propia naturaleza.
Y aprovechando al máximo las pisibilidades del hilo y de la combinación de los colores, este equipo artístico ha anudado varios troncos. Entre los hilos se han colocado adornos como hojas, piedras y palos. Una auténtica obra de arte de una araña muy juguetona.
Y para despedirnos por hoy os dejamos con este camino con puente y señales amarillas, como las del Mago de Oz....